La percepción creciente de que Vaca Muerta ayudará al país a salir de aprietos deficitarios está relacionada con la vida cotidiana. Hoy la energía es un tema de agenda: los reiterados apagones de luz, las fallas en los sistemas de distribución de electricidad, el déficit en las cuentas publicas, la quita de subsidios energéticos ya imposibles de mantener y su consecuente tarifazo, el aumento de más de 60% en un año de los combustibles, son todas imágenes de la cotidianeidad de los argentinos por el que el tema energético ha tomado una dimensión difícil de obviar. En esa línea, el sondeo de Poliarquía consigna que hoy el 68% de quienes han escuchado sobre Vaca Muerta se muestra de acuerdo con que se extraiga petróleo y gas (pese a los perjuicios ambientales). Ese alto porcentaje de aprobación asciende a 81% entre quienes aprueban la gestión de CFK y desciende a un 61% entre quienes la desaprueban."Aunque es el electorado afín al kirchnerismo el que se manifiesta más optimista con la explotación de Vaca Muerta, lo cierto es que en líneas generales el yacimiento genera gran expectativa en toda la población, más allá de las diferencias sociodemográficas y políticas", explicó Alejandro Catterberg, director de Poliarquía."Los potenciales beneficios económicos le están ganando la batalla de la opinión pública a los potenciales riesgos medioambientales", describió.
Sin embargo, para el desarrollo de shale oil o shale gas se necesitan de inversiones siderales.
El propio Miguel Galuccio, presidente de la estatizada YPF (que hoy opera casi la mitad de Vaca Muerta), reconoció que para que el yacimiento arroje resultados exitosos se requiere de inversiones multimillonarias para que, en el mejor de los casos, comiencen a percibirse dentro de 10 años.
Por esa razón es que Galuccio convenció a la Presidenta de la importancia de relanzar una nueva Ley de Hidrocarburos. Para el ingeniero, principal ideólogo del proyecto que la semana pasada obtuvo sanción definitiva en el Congreso, la nueva normativa debía otorgar a las empresas beneficios para que se sientan atraídas a desembolsar fondos en un país de inestabilidad tanto económica como jurídica.
Según el trabajo de Poliarquía, tres de cada diez argentinos considera que el Gobierno necesita de aportes y fondos de empresas privadas para desarrollar esta inversión y sólo un 38% de los que conocen el yacimiento piensa que el Estado cuenta con los aportes necesarios.
Hasta el momento, YPF consiguió una sola inversión de peso. El contrato que firmó con la multinacional Chevron del cual se desconoce la letra chica y para el que se debió elaborar un decreto especial (el 929) con ventajas financieras e impositivas que con la nueva ley cobró rango general.