El árido semidesierto que cubre la mayor parte de Mendoza, oculta una de las grandes riquezas no explotadas no sólo de la provincia, o incluso del país – sino del mundo.
La gigantesca formación de shale en Vaca Muerta, que en inglés significa Dead Cow, es uno de los prospectos más comentados de la industria global del petróleo y gas, con el potencial de atraer inversores a la región para los próximos años.
De acuerdo a la US Energy Information Administration, Vaca Muerta es el hogar de la cuarta reserva de shale oil más grande del mundo y la segunda en materia de shale gas.
Mientras se perforan pozos preliminares en la provincia vecina de Neuquén, luego de que Chevron, la compañía norteamericana, firmara un acuerdo por 1240 millones de dólares, la parte de la formación correspondiente a Mendoza – que representa hasta un tercio del total – casi no se ha tocado.
Se espera que esto cambie durante la próxima década si se pueden superar una serie de desafíos geológicos, técnicos y financieros – principalmente la necesidad de asegurar los miles de millones de dólares que se necesitan.
Pero con Argentina excluida de los mercados de capitales desde el default de 2001, YPF, la empresa estatal de energía, tiene que confiar en la tarea de crear Joint Ventures con inversionistas extranjeros.